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martes, 3 de abril de 2012

SOÑAR



Soñar que vuelves a ser pequeño. Soñar que la felicidad es algo alcanzable. Soñar con cosas bonitas. Soñar con cosas complejas. Soñar con cosas imposibles. Soñar que todo es un sueño. Poder huir, a otro lugar. Otro lugar mejor donde la realidad no hace daño. Donde te despiertas cada mañana , enciendes la tele y lo único que encuentras son buenas noticias. La pobreza se ha acabado, ya no hay más guerras, la tristeza en el mundo ha desaparecido. Los niños se muestran felices ante el día a día. Juegan y juegan hasta que las horas de luz desaparecen y entra la noche. Fría y silenciosa noche. Donde todos duermen felices pensando en que sucederá el día de mañana. Pero entonces el día de mañana llega y nada cambia, todo sigue igual. La gente empieza a desilusionarse, a perder la esperanza. No sabes en que pensar, en que creer, piensas que toda tu vida ha sido una pérdida de tiempo. Piensas en todas esas cosas que tenías en mente hacer y nunca las pudiste realizar. Piensas en todas esas cosas que te hacían feliz y que como por arte de magia se desvanecieron. Y es entonces cuando aparece esa persona. Esa persona que solo con mirarte te hace sentir segura. Que te hace pensar en todos los buenos momentos que un día viviste. Esa que saca todo lo bueno de ti. Te hace ver la realidad desde un punto de vista subjetivo, aunque no te obliga a verla si no quieres. Junto a esa persona no sientes miedo, piensas que nada es imposible. Sabes que te va a estar apoyando siempre independientemente de si lo que haces esta mal. Y ese día tu visión del mundo cambia considerablemente. No puedes evitar pensar en todo lo bueno que tienes a tu alrededor. Te levantas por la mañana y a pesar del dolor que hay en el exterior te sientes agusto. Es entonces cuando empiezas a entender lo que es la felicidad.

Clara ©